miércoles, 13 de febrero de 2013

Comenzamos la andadura




Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo:

«Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.» (...)

Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.» (Lc, 19, 1-10)



   Hoy comienza la andadura de esta humilde criatura, que nace sin pretensiones, para decir simplemente aquello que vemos que otros callan, por obedecer a los demonios del miedo, del cálculo, de la comodidad, de la mudez o del fariseísmo. Y todo, desde la sencillez evangélica del que sólo puede abrir su casa y ofrecer sus bienes como respuesta a algo mucho más grande que él.










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