lunes, 18 de marzo de 2013

Se esperaba un príncipe y llegó un cura con los zapatos gastados

Estas palabras las publicamos en los blogs The Wanderer e Infocaótica a modo de comentario. Ahora las subimos a este ciber rincón.


A mi lo que me está frustrando es la reacción tradicionalista habitual, empezando por mi mismo en un primer momento.

El Papa Francisco no es muy solemne, ni elegante. Como cardendal fue ecumenista hasta el exceso y sus Misas son pobretonas. Bien, ¿pero es eso suficiente para dudar de sus buenos actos? Ahora en la red muchos tradicionalistas se dedican a llamar farsante a un cardenal porque vive pobre y se junta con los pobres. ¿De qué desconfiamos, de que no oficia Misa tradicional o de que se junta con los parias? ¿No nos producirán en realidad rechazo tanto su falta de tradicionalismo como su empatía con los descastados?

Circula por la red un mensaje de un religioso que conoció curas a sus órdenes, y que le agradecen su misericordia en momentos difíciles, su cercanía cuando más lo necesitaban. Dios quiera que nos mande curas así, porque no los hay. El mejor cura hoy administra bien sacramentos y dirección espiritual, pero no "persigue" a los fieles para interesarse por ellos. Esperan sentados en el confesionario o la sacristía. Sin embargo, los comentarios en los diferentes blogs tradicionalistas son del tenor, "es un farsante", "su caridad y humildad son impostadas". ¿Y si los farsantes somos nosotros por obcecarnos desde nuestro pequeño pedestal en defender la Tradición sin mojarnos con el barro?

Bergoglio no es -al menos que sepamos- un santo. Me da la sensación de un personaje un tanto estridente, que va por libre, algo neuras. Pero por lo que cuentan y por lo que él mismo dice, va por libre para lo bueno y para lo malo, y se planta como igual ante cualquiera, sea cardenal o cartonero. A lo mejor esperábamos un príncipe que pusiera orden desde un trono y resulta que nos mandan un hombre normal que se sabe hermanado con reyes y mendigos. ¿No será eso lo que nos escuece?

La muceta, la silla gestatoria, todo eso, dudo que a Dios le quite el sueño. El sólo necesitó un manto de una pieza y su Palabra. Franciso parece que va a hablar claro: "cuándo no se reza a Dios se reza a la mundanidad del Demonio". ¿Hacía cuanto que un Papa no hablaba tan claro públicamente? O Cristo o Satanás.

El susto inicial fue normal, porque juzgamos a los "salvadores" potenciales de la Iglesia por sus ideas, por su cuidado litúrgico, por cuántas Misas tradicionales han oficiando, por si han usado capa cardenalicia... Pero llega un tipo empapado de barrio, sentándose a comer con mendigos y decimos:"¿¿Éste??" Y a lo mejor éste es simplemente el más humano de todos, el más de carne y hueso mientras los demás flotamos en la teología.

Sigo creyendo en la defensa de la Tradición, pero se me está pinchando la burbuja tradicionalista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario